kazakhstan capital

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La capital de Kazajstán, del mismo modo que otras viejas repúblicas ex-soviéticas ricas en petróleo y gas, ha vivido un genuino ‘boom’ urbanístico que la ha transformado en un festival para los amantes de las construcciones singulares. Además de esto, lo ha hecho con el acierto de saber unir modernidad con tradición, en la medida en que prosiguen reluciendo con luz propia edificios majestuosos de otras temporadas, como es el caso de las mezquitas, con sus grandes bóvedas doradas.

Su mirador, encabezado por un enorme acuario, deja de las mejores vistas de la capital y, sobre todo, del nuevo centro financiero, donde se hallan las construcciones más futuristas. La monumentalidad asimismo puede tener cierto aire soviético.

Al caminar por Astaná, resulta en ocasiones impensable que se esté edificando una enorme capital en la mitad de la estepa, más de este modo es. El proyecto urbanístico global desea transformar a Kazajstán, en dos mil treinta, en la cuna del futurismo arquitectónico de Asia Central, rivalizando con las grandes urbes del Golfo Pérsico y China. Y lo quieren lograr configurando uno de los centros urbanos más singulares y originales del planeta. Para viajar a Kazajstán, lo más fácil es hacerlo con Lufthansa o bien Austrian Airlines, que tienen vuelos directos desde Viena, Frankfurt y Düsseldorf hasta Astaná. Desde mil euros aprox.

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