Cuando Michal Friedrich adquirió una vieja granja transformada en parque de casas rodantes en el val de Methow en el estado de Washington, deseó restaurar el prado de la llanura aluvial mientras que lo dejaba abierto a los convidados.
abril 2020
Llamó al arquitecto técnico de Seattle Tom Kundig, conocido por sus casas mecanizadas que con frecuencia dependen de poleas anticuadas, manivelas y palancas, para edificar cabañas móviles alternativas. Las 6 “cabañas rodantes” como cajas envueltas de acero con ruedas de acero, jamás han rodado.
La verdad es que fueron construidas en el lugar por contratistas locales, mas se ajustan a la definición legal de “móvil” y la zonificación del lugar como un parque de casas rodantes. Cada cabina pequeña y elevada se deja lo más cruda posible con un interior de madera contrachapada.
Se incluyen muebles de madera contrachapada que se pueden reconfigurar desde bancos y taburetes hasta la mesa de café y la cama. Las cabañas flotantes de doscientos pies cuadrados (cada una de alquiler nocturno) están electrizadas, mas no están conectadas, con lo que cada una viene con un inodoro de compostaje (y acceso a la barraca con más inodoros y duchas) y un balde para recoger agua de la bomba de mano de forma directa abajo.
Las Rolling Huts se inspiraron en el “Delta Shelter” de Kundig, la casa que el arquitecto técnico diseñó en exactamente la misma propiedad para Friedrich y su familia. Asimismo una caja de acero sobre conductos, que tiene persianas metálicas y que cierran toda la casa por medio de un mecanismo de manivela compuesto por engranajes y poleas.
Una manivela manual, como la rueda de un navío, mueve las 4 persianas al unísono para cerrar la casa (aun a lo largo de un corte de energía).