¿Has estado de visita en L.A? ¿No te detuviste para tomar una fotografía en frente de alguna de esas paredes tan artísticas?
Peter Wang toma una fotografía de su amiga. Un flujo incesante de visitantes de toda la galaxia pasea y posa, hace muecas y se pavonea frente al muro de una tienda, de color Pepto Bismol. La cantidad de gente es tal, que la firma contrata a un guarda de seguridad para sostener todo bajo control. El arte callejero está arraigado en el ADN de Los Ángeles.
¿En los Angeles? ¿Solo? No, es a nivel mundial. Otro ejemplo destacado de esto es Mexico.
El extenso telón de fondo de hormigón de la urbe ha servido como un enorme canvas para artistas, desde los muralistas que fueron vanguardistas en el movimiento del arte chicano hasta los autores de graffiti. En la era de las redes sociales, esta manifestación está encontrando un nuevo rol: el proveer el telón de fondo idóneo para fotografías dignas de Instagram.
Ideal de la muerte para los mercaderes de la ciudad. Con los jovenzuelos prestos a hacer todo para hallar un pedazo de oro en Instagram, las compañías miran las obras de arte como una táctica para captar. El arte callejero ya no está apartado a los callejones. Ahora puebla las testeras de estudios de yoga y spin, los restaurantes, bares y boutiques de tendencia.
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