Ha enseñado arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la capital de España -ETSAM- a lo largo de más de cuarenta años.
febrero 2020
Él ve la arquitectura como ideas y las expresa de la forma más esencial y clara, confiando continuamente en elementos básicos como plataformas rectangulares de manera firme conectadas a la tierra, paredes gruesas y sólidas con cavidades profundas y sin marco, y planos delgados sostenidos por postes frágiles.
Su arquitectura se basa en la transparencia y la precisión, aparte de aseverar fundamentos como planos, líneas rectas y esquinas precisas.
Campo Baeza ha recibido una cantidad abundante de premios reputados, incluyendo la Medalla de Oro de Arquitectura dos mil diecinueve.
A lo largo de su segunda vez, decidió no ser interrumpido por múltiples invitaciones para dar conferencias o bien emprender otros proyectos tentadores y dedicó su tiempo por completo a meditar y contemplar la arquitectura.
Afirma que la arquitectura no ha de ser caprichosa; cada proyecto ha de ser como un diagnóstico para un lugar y programa particularmente. Cuando la arquitectura es demasiado única, pierde un sentido de universalidad.
Konstantine Melnikov se esmeró porque su arquitectura estuviese descubierta, «para quitarse el vestido de mármol, quitarse el maquillaje y revelarse como está, desnuda, como una diosa joven y elegante».
La arquitectura ha de ser seria, lo que no es exactamente lo mismo que hastiada.
Sus edificios son una suerte de himno a la libertad. Su arquitectura es neutral.
Hace unos años, un compañero arquitecto técnico le dijo: «Alberto, he construido 2 mil edificios».
Y recuerda haber pensado: «¡Dios santo, 2 mil edificios!» Entonces, decidió comprobar sus notas y ficheros y descubrió que solo había completado treinta y siete proyectos.
Afirma que la calidad de la arquitectura se mide por su capacidad para detener el correr del tiempo y sostener el tiempo en suspensión.
Sus edificios son básicos en sus formas y minimalistas en sus detalles.
Su arquitectura es abstracta mas no minimalista.
Lo esencial para este arquitecto es ser limpio, simple y, en ocasiones, aun obvio. Nada puede ser más obvio que trabajar con la luz del sol. No hay arquitectura sin luz, como no hay música sin aire. -afirma-.
Cree que un instrumento es buena metáfora de un edificio por el hecho de que, como arquitectos, ajustan sus edificios del mismo modo que los escritores escriben y reescriben sus textos a fin de que sean poco a poco más claros, concretos y agudos, como el escalpelo del cirujano.
Todos estamos afinando y aguzando ideas: mejorando dimensiones, proporciones, distancias entre columnas, escogiendo entre formas cuadradas o bien rectangulares, de qué forma esconder las esquinas, etcétera….
Debes afinar hasta el momento en que llegue el instante y tu edificio deba marchar. -asevera- ¿Qué es la arquitectura? Para él es poner las cosas en orden y claridad, en orden una habitación, una casa, una urbe.
