¿Por qué un stand de PENGUIN RANDOM HOUSE gana premios internacionales? El futuro de la arquitectura editorial se escribe en madera y luz
Estamos en 2025, en una feria del libro que huele a café recién molido y a páginas recién impresas. El murmullo del público se mezcla con el destello de luces cálidas que iluminan un stand de Penguin Random House Grupo Editorial. Y no es un stand cualquiera. Aquí, en medio de la selva de carteles y mesas de editoriales, surge una construcción que no solo vende libros: cuenta una historia. Una historia que acaba de ser premiada por la Architecture & Design Community en la cuarta edición de sus reconocidos Premios Internacionales de Arquitectura y Diseño.
El galardón llega en la categoría “Conceptual” dentro del ámbito de “Exhibiciones, eventos y ferias”. Y sí, parece un tecnicismo, pero en realidad significa algo más sencillo: este espacio, diseñado por Mandaruxia Design, consigue transformar un rincón comercial en una experiencia sensorial. Lo que para algunos es madera, para otros se convierte en una metáfora de lo que es leer: entrar en un refugio, un escenario, un universo.
Un refugio de libros disfrazado de arquitectura
Hace tiempo los stands de las ferias eran poco más que mesas con manteles arrugados y pilas de volúmenes mal ordenados. Pero Penguin Random House decidió que eso no era suficiente. Que un expositor debía ser un relato visual tan potente como los títulos que presentaba. Que la experiencia del lector empezaba mucho antes de abrir la primera página. Y así, con esa premisa, nacieron estos escenarios de 60 metros cuadrados, construidos en madera de haya y bañados por la calidez de luces LED.
La inspiración no es casual: el diseño toma como punto de partida el propio nombre de la editorial, jugando con la fuerza simbólica de la palabra “house”. Una casa para libros, pero también para lectores, autores y curiosos. Mandaruxia Design entendió esa metáfora y la llevó al terreno físico con un resultado que seduce tanto en la Feria Internacional del Libro de Barcelona (LIBER 2024) como en la legendaria Feria del Libro de Frankfurt.
“Un stand puede ser también un manifiesto.”
Y eso es lo que sucede aquí: un manifiesto que habla de cómo las editoriales ya no solo venden papel encuadernado, sino experiencias envolventes, recuerdos compartidos, momentos que se quedan en la retina.
Veinte años de reinvención continua
No se llega a este nivel de reconocimiento por azar. Desde hace dos décadas, Penguin Random House Grupo Editorial lleva una estrategia clara: no conformarse nunca. Cada año lanza un nuevo desafío a sus diseñadores, buscando optimizar espacios, seducir al público y reforzar su identidad visual. En el fondo, es una batalla contra la rutina: hacer que en cada feria el visitante sienta que entra en un lugar familiar y, al mismo tiempo, nuevo.
La apuesta no es solo estética, sino también técnica. La elección de la madera de haya no responde únicamente a cuestiones de resistencia o belleza: transmite calidez, cercanía, autenticidad. Las luces LED no están ahí por moda, sino porque generan un ambiente íntimo, casi hogareño, en medio del bullicio. Y si alguien piensa que estos detalles son menores, basta con observar la cantidad de visitantes que, sin proponérselo, se detienen más tiempo en este stand que en otros.
Un premio que es mucho más que un trofeo
Recibir un galardón en los Premios Internacionales de Arquitectura y Diseño es, para muchos, el equivalente a que un escritor gane un gran premio literario. No se trata solo de prestigio, sino de un sello que marca diferencia. Estos premios, impulsados por la Architecture & Design Community, no se entregan a la ligera: se trata de reconocer a los proyectos que logran cambiar las reglas del juego en la manera en que concebimos el espacio.
Mandaruxia Design, el estudio detrás de este logro, no es un desconocido en el sector, pero con este premio da un salto hacia la consolidación internacional. Lo interesante es que lo hace de la mano de un cliente que lleva veinte años confiando en ellos y que entiende que la innovación y la tradición no son opuestas, sino aliadas.
“El futuro de los libros no está solo en las páginas, sino en los espacios donde se encuentran.”
El enigma de los espacios narrativos
Lo más intrigante es pensar qué viene después. Si en 2024 un stand de 60 metros cuadrados hecho de madera y luz ha sido capaz de conquistar jurados y públicos, ¿cómo será el próximo? La lógica diría que más grande, más espectacular, más tecnológico. Pero quizá el futuro no esté en sumar más, sino en refinar lo esencial. Tal vez lo que seduzca mañana no sea un despliegue deslumbrante, sino un rincón donde cada visitante sienta que la arquitectura se adapta a su respiración.
Hay una paradoja aquí: cuanto más artificial se vuelve el mundo, más necesitamos espacios que nos devuelvan a la naturalidad. Por eso no sorprende que un diseño aparentemente sencillo, hecho de materiales nobles y con luces cálidas, cause tanto impacto. Es como un buen libro clásico en medio de un océano de novedades digitales: su poder está en lo intemporal.
“La verdad espera. Solo la mentira tiene prisa.” (Proverbio tradicional)
Una crónica abierta
Queda entonces la pregunta inevitable: ¿hasta dónde puede llegar la unión entre literatura y arquitectura? Si un stand de feria se convierte en noticia, ¿qué podría pasar si toda una ciudad empezara a pensarse como un gran libro habitable? Quizá los premios de hoy sean apenas un preludio de experimentos mucho más audaces.
Al final, este reconocimiento a Penguin Random House Grupo Editorial y a Mandaruxia Design no es solo un aplauso a un trabajo bien hecho. Es un recordatorio de que incluso en los rincones más comerciales de la cultura, la belleza y la imaginación pueden abrirse paso.
Y yo me pregunto: cuando dentro de unos años miremos hacia atrás, ¿recordaremos este stand como una curiosidad pasajera o como el comienzo de una nueva forma de habitar las historias?